Cienfiebres Musicales #28: La Última Fiesta

Tal día como hoy, 7 de marzo, hace justo un año, nos juntábamos un nutrido grupo de amigos y amigas en el Panorama de Barakaldo con la excusa de celebrar las Colecciones de Favoritas y disfrutar del encuentro social y de la música.

Lo que no sabíamos entonces es que, pocos días después, todo saltaría por los aires a causa de la dichosa pandemia y, por tanto, este evento se convertiría en la fiesta de despedida de una vida anterior. Sería la Última Fiesta.

Así, esta efeméride se convierte en la fiebre del episodio de hoy, destinado, pues, a recordar aquel acto y a ponerle banda sonora. Suenan:

ALFONSO SANTISTEBAN: Beautiful people
GABOR SZABO: Corcovado
LOS SENCILLOS: La banda sonora de una parte de mi vida
JOSE LUIS MORALEDA: Kas Gente sin alcohol
WEEZER: Buddy Holly
THE FLIRTATIONS: Nothing but a heartache
LOS PEPES: Por favor
ELASTICA: Connection
OASIS: Live forever
THE VELVET UNDERGROUND: Rock’n’roll
LA NEVERA VACÍA: Carreteras
LOS HERMANOS CUBERO: La boda y el entierro
KOKOSHCA: Himno de España
JANE WEAVER: All the things you do
THE BLACK KEYS: Lonely boy
MGMT: Kids
THE ROMANTICS: What I like about you

En Lontananza. Mi carnicero Juantxu.

Cinco minutos de paseo dirección a la carnicería. Un audio para presentaros a mi carnicero. Juantxu audiencia de En Lontananza, audiencia de En Lontananza Juantxu.

Espero que os guste. Y a él también, si le llega, que le llegará.

Comprad y consumid en las tiendas de barrio. Ahora más que nunca.

*En la foto, de Paredes que Hablan, claro, personaje secundario que aparece en el episodio de hoy.

En Lontananza. Cierto renacer.

Casi siete minutos. Tiempo suficiente para ponerme epopéyico y valorar mi municipio en Fase 2 como si el resurgir del Ave Fénix se tratase. Minutos de sobra para ponerme estupendo y hacer una disertación de chichinabo sobre – OJO – arquitectura-urbanidad-cultura en ciudades de origen obrero. Y me quedo tan ancho.

Si ya con esto no os he picado para que lo escuchéis, yo ya no sé.

PD: la imagen es de mi colección de Paredes Parlantes.

Tres discos para dinamitar una tarde burguesa

Iba a ser una tarde de sábado como Dios manda. Los niños acicalados. Nosotros arreglados pero sin grandes aspavientos. Una fina lluvia que no impediría que diésemos un paseo tranquilo por el pueblo. Un paseo de esos de pipas de calabaza, de gusanitos para el niño, de los de brazo de ella entrelazado con el mío. Sin grandes alharacas. De ir a tomar algo al bar de la calle peatonal: café, KAS de naranja, un mostito y a casa. Todo bien, anodino según se mire; lo propio, en realidad, a determinadas edades, en determinadas situaciones familiares. Planes de sábado de lo más común. Los que no vas a compartir en tus redes sociales para no dar imagen de carca. Todo así, como muy aburguesado. O no. Yo creo que es transversal a diferentes clases sociales. O sea, todo muy normal. Todo bien. Correcto. Hasta que me quise hacer con unos artefactos sonoros made in Baraka. Y esto cambió, al menos en mi febril mente, la fotografía.

En el tranquilo paseo sin rumbo fijo, nuestros pies acabaron en la calle Gipuzkoa. Veo que se entreabre la persiana del 15.000 Hops, garito dedicado a las cervezas artesanas y de una cada vez mayor raigambre entre los aficionados a dicha bebida del pueblo. Recuerdo que Anita, la de los Peleles y la de los Sinclairs, me dijo que ahí, en ese bar, podía hacerme con el EP de Los Retumbes, otro de sus proyectos musicales paralelos. Ni corto ni perezoso penetro en el garito y me llevo el último ejemplar disponible del dúo de rock primitivo. Esta repentina adquisición, me hace rememorar que hay otra referencia que tengo que recoger.

No quiero marear a la Dueña y a los herederos pero, dado que aún no nos habíamos asentado en ningún abrevadero, les sugiero que, mientras lo buscamos, nos pasemos por El Tubo para llevarme el último EP de los Dr. Maha’s Miracle Tonic. Que seguro que está cerrado, mujer, pero ya que vamos de paseo, pues pasamos por ahí. Y efectivamente, el templo del punk-rock de Barakaldo, de la margen izquierda y me atrevería a decir que de Euskadi, está cerrado pero a punto de abrirse ya que don David, acompañado de su moza, aparecen para empezar a preparar el antro para la noche. Saludos cordiales y para adentro. Mi primogénito decide acompañarme. La Dueña se queda fuera con el carro.

– Aita – inquiere Nicolás al llegar al garito – huele raro.

Sí, El Tubo huele raro. Huele a rock, hijo mío, le digo. A humo. A noche. Reímos y coincidimos en que quizá, dentro de unos años, le darán igual esos hedores. Quizá lo catastrófico pueda llegar a ser que desaparezcan. Sea como fuere, olores aparte, el crío se deleita cuando le enseñamos la colección de bufandas de fútbol que decora El Tubo. Y yo me llevo el EP de los Maha. Y pregunto por el fenómeno musical del momento, esos Campamento Rumano de los que todo el mundo habla. Y Kalbo, David, me dice que ahí le queda un ejemplar del disco, que me lo lleve. Y lo hago. Y más tarde me enteraré que Patxi se ha quedado sin él. Ya lo siento. Y salimos.

Y noto turbada la cara de mi señora, alejada del lugar donde la habíamos dejado. Tiene razones. Me dice que unos yonkis han aparecido cerca de ella y del bebé profiriendo, con el clásico tono elevado de estas personas, insultantes amenazas. No a ella, sino a alguien que no estaba ahí. El caso es que cuando ha escuchado no sé qué de rajar la cara con una botella ha decidido alejarse un poco de la escena, a la espera de que acabásemos de salir de El Tubo.

Y justo se pone a llover con más fuerza. Que nos volvamos ya para abajo, dice. Ni pipas de calabaza ni, ahora, brazo entrelazado. Ni tomar algo en una calle peatonal. A uno de los tugurios del barrio, a ver un rato un absurdo Huesca – Atlético de Madrid con unas cortezas de cerdo. Hay que ver. Con lo idílicamente clase-media que parecía todo al principio. La sensación de que ese plan familiar se ha distorsionado un poco se acrecienta al pinchar los tres discos. Y me da por apuntarme en un papel algunas de las imágenes de esa tarde. Para contarlo, aquí y ahora. Que, en realidad, no he contado nada, ya sé… pero siempre se puede intentar relatar episodios de lo más común y que parezca algo más emocionante, ¿no? La idea era, en verdad, animar a la audiencia a escuchar a los tres grupos que, indirectamente, dinamitaron la tarde y, ya ven, me ha salido hacerlo así. Espero no les importe. Ni a ellos ni a ustedes.

El domingo arranca BAFFEST

En cierta forma, me enorgullece pensar que una milimésima parte de mí está en el BAFFEST o en el germen, al menos, del festival de fotografía que arranca oficialmente el próximo domingo en Barakaldo.

Me puedo jactar de haber participado en cafés pretéritos valorando opciones, señalando pros y contras, analizando la idoneidad de poner en marcha un proyecto de estas características en el municipio e incluso de haber redactado una parte del boceto inicial que se presentó en su momento al Ayuntamiento.

Luego, por diferentes circunstancias, tuve que bajarme del carro y ver desde fuera cómo evolucionaba la historia. Afortunadamente, la historia ha evolucionado de una forma, bajo mi punto de vista, extraordinaria.

Es este BAFFEST la oportunidad de situar a una población de más de 100.000 habitantes como Barakaldo en un mapa cultural más acorde a sus características. Es la oportunidad de acceder y acercar a la gente contenidos distintos a los que estamos acostumbrados por estos lares y, además, de una forma novedosa e innovadora como es la de integrar obras de arte dentro de un circuito urbano, accesible, por tanto, a todo aquel que, simplemente, pasee por las calles seleccionadas a tal efecto.

Asimismo, BAFFEST pone la mirada en las profesionales de la fotografía, así, en femenino. Destaca, por tanto, los trabajos de unas mujeres en un ámbito que normalmente se asocia más en clave masculina, sea por la razón que sea, hecho, por tanto, que ya le otorga un valor diferenciador a este certamen.

Me alegra, como decía al principio, sentirme un poquito, muy poquito, parte de este evento pero más me alegra aún ver como dos amigos, David y Luis, están disfrutando del antes, del durante y, espero también, que del después. Están gozando y, según me consta, están aprendiendo mucho con esta experiencia.

En fin, más allá del autobombo característico de este espacio mío tan abandonado últimamente que es Cienfiebres, el objeto de volver a escribir por aquí es el de animar a la gente a que participe de las múltiples actividades que acoge BAFFEST a partir del domingo, a las 11:30, en la plaza de las esculturas, con las actividades que podéis ver en la siguiente imagen:


Además de ello, lo mejor es consultar el programa en la web del festival, www.baffest.com, y echar un vistazo a las exposiciones, tertulias, rutas y demás actos planificados, así como para valorar la importancia de las autoras participantes en esta primera edición. Que ustedes lo disfruten. Seguro que sí. A continuación, algunas imágenes de lo que ya se vive por el pueblo y del proceso o instalación de las obras.